
Moisés tiene 13 años y al igual que el resto de estudiantes de Guayaquil, entró al colegio con mucha
emoción y lleno de expectativas, porque sabía que iba a descubrir cosas nuevas. Sin embargo, ha
pasado más de un mes desde su ingreso al octavo año de educación básica, y aquellos sueños se han
ido desvaneciendo poco a poco, hasta convertirse en terribles pesadillas.
Él argumenta que no ha podido hacer amigos, que sufre marginación por su color de piel, su estatura
y la diferencia de su nivel económico familiar en comparación con el resto de sus compañeros de
aula.
“Estos son tan solo tres de un sinnúmero de factores por los que estudiantes de toda edad sufren
discriminación en nuestra ciudad”, agregó un docente de la institución en la que se educa Moisés.
Por eso, es necesario que se concrete una alianza para la inclusión y desarrollo social en Guayaquil-
Ecuador, dijo el educador.
La inclusión social es hacer posible que personas que sufren alguna carencia o exclusión social,
tengan la oportunidad de ser parte activa y participativa en todas las áreas de su vida, su entorno, su
comunidad, y así puedan disfrutar de un nivel de vida adecuado.
La inclusión social está destinada a atender a personas o grupos de personas que están en
situaciones de vida alarmantes por carencias, marginación o segregación.
Las personas o grupos de personas que son afectadas por algún tipo de discriminación, pertenecen a
algún colectivo particularmente estigmatizado, aclarando de esta manera que se vuelven víctimas de
la burla, el escarnio, el engaño y la violencia verbal y física.
A continuación repasaremos las causas más comunes por las que los seres humanos sufren algún
tipo de discriminación:
Condición de salud.- Involucra a personas con enfermedades por las que son señaladas o tienen a
cargo algún familiar enfermo. En muchos casos este tipo de situaciones son mal vistas por el resto de
personas y llegan al punto del rechazo social.
Edad.- Hay un sector de la sociedad que está estigmatizado con mucha fuerza por la edad: las
personas de la tercera edad y los niños. Las personas adultas mayores son despreciadas, marginadas
y maltratadas, en tanto que los niños sufren abusos de todo tipo. Incluso entre niños se suelen
asociar para afectar a menores más débiles, lo que comúnmente se conoce como bullying.
Apariencia física.- Este segmento tiene que ver mucho con los estereotipos que la misma sociedad
ha creado. El buen porte, rostro bello, cuerpos esbeltos, son solo algunos de los modelos que llevan
a la gente a rechazar todo lo que se opone a estas características. De allí que muchas personas
sufren marginación y maltratos verbales y hasta físicos por no apegarse a un buen biotipo.
Embarazo.- Para la mayoría de los sectores sociales, el embarazo es una de las experiencias más
bellas que hay en la vida; sin embargo, hay una minoría que aún se resiste a aceptar aquello y
rechaza todo tipo de manifestación que conlleve a la concepción de un nuevo ser. La historia registra
casos en donde las mujeres en estado de gestación han sido acosadas, violentadas y muchas veces
han perdido a sus bebés.
Preferencias sexuales.- En los últimos tiempos este tema ha causado mucha controversia y ha
volcado a muchos movimientos extremistas y fanáticos a violentar a las personas que deciden
libremente elegir su preferencia sexual.
Discapacidad.- La tasa de marginalidad de las personas con capacidades diferentes o discapacidades
es muy alta en todo el planeta, sin embargo en varios países ya han aplicado algún tipo de alianza
para la inclusión y desarrollo social de sus habitantes con desigualdades físicas.
Origen nacional.- Las crisis económicas o políticas en los países obliga a muchos de sus habitantes a
migrar hacia otros rumbos. Es en estos casos en que los que llegan de otras latitudes sufren, en
muchos casos, el desprecio de los anfitriones. La discriminación va desde la forma de hablar, la
cultura (transculturalidad), aspecto físico, entre otros factores. El caso más conocido es la migración
de latinoamericanos a Estados Unidos y Europa, en donde es evidente esta discriminación.
Origen étnico.- Este tipo de discriminación se pone de manifiesto, generalmente entre las diferentes
etnias que hay incluso dentro de un mismo territorio. En América Latina, por ejemplo, la etnia
mestiza se siente preponderante frente al resto de los habitantes de un mismo país que acoge afro-
descendientes, indígenas, mulatos, etc. Estas minorías sufren atropellos, exclusión y violencia.
Género.- Tan delicado como la preferencia sexual, el género ha causado revuelo y diversos sectores
se han pronunciado respecto de este tema. Aunque no hay hegemonía de criterios en este espacio,
nadie tiene el derecho, por muy en desacuerdo que esté, de violentar verbal o físicamente a las
personas que quieren elegir a qué género quieren pertenecer. Lamentablemente esto no se cumple
a cabalidad.
La exclusión está en todas partes del planeta. En todos los estratos sociales, en todas las condiciones
de vida, entre niños, jóvenes, adultos y ancianos, sin importar género o estatus social, y el Ecuador
no es la excepción.
¿Cómo combatimos este mal que afecta gravemente a nuestra sociedad? Pues, partamos del punto
en que debemos saber que las personas no pueden luchar solas, deben hacerlo de forma unida y
organizada. En Guayaquil, instituciones como el municipio han realizado varias acciones para frenar
esta situación. De allí la importancia de desarrollar una alianza para la inclusión y desarrollo social
en Guayaquil-Ecuador, de forma sostenida y permanente.
En julio del 2012, el gobierno ecuatoriano preocupado por la excluyente condición en la que viven
las personas con discapacidad, acogió la visita de 34 países para realizar el Primer Encuentro
denominado “América Solidaria”, con el fin de analizar estrategias que puedan ampliar la inclusión
de este grupo humano en la sociedad.
En la cita se divulgó que la Organización Mundial de la Salud (OMS), hizo público datos interesantes
de acuerdo a un estudio:
En América Latina hay más de 100 millones de personas con algún tipo de discapacidad.
Esto constituye el 15% de la población total de la región.
En materia laboral y educativa las cifras también son alarmantes, puesto que el porcentaje de
desempleo en personas con algún tipo de discapacidad es elevado. Lo mismo ocurre con la exclusión
de estudiantes discapacitados, según lo corroboró un informe publicado por el Banco Mundial (BM):
Cerca del 90% de este sector se encuentra desempleado, y
Sólo el 30% de niños con discapacidad asiste a la escuela.
Aterrizando nuevamente el tema a nuestra ciudad, varias instituciones han establecido al menos una
alianza para la inclusión y desarrollo social en Guayaquil – Ecuador, tomando en cuenta las
necesidades primordiales de nuestra sociedad porteña.
La Mesa Cantonal de Concertación de Discapacidades de Guayaquil lideró el Congreso Nacional de
Educación, en conjunto con el Departamento de Inclusión Social de la Organización de Estados
Americanos (OEA), en octubre del 2018. En este encuentro se determinó dar mayor atención a los
estudiantes que no se destacan en las aulas de clase y que siempre quedan rezagados.
En Guayaquil y Durán se realizaron marchas de concienciación para erradicar el trabajo infantil y
promover la inclusión de los niños en los centros educativos, en junio de 2019.
El psicólogo educativo Elías Briones asegura que la exclusión tiene que ver con todo lo que en el
imaginario colectivo no encaja o no se amolda a los estándares conceptuales de la sociedad.
“La problemática principal está centrada básicamente en lo que nosotros pensamos y actuamos
desde nuestra individualidad, porque hay una construcción subjetiva bastante arraigada que
culturalmente nosotros hemos venido recibiendo: Todo lo que no me agrada, todo lo que me genere
malestar o antipatía lo dejo de lado”, considera el profesional.
Como sociedad, el psicólogo Briones establece que una de las cosas en las que debemos trabajar es
en la sensibilización, especialmente en la conciencia moral y conciencia social para lograr adaptar
una actitud distinta frente a las demás personas.